Estoy muy entusiasmada con la idea de participar del Carnaval Tilcareño! Es mi debut en esta celebración popular tan genuina y típica del microuniverso andino. En un sentido imagino que va a ser el despertar de una graciosa marioneta por los movimientos descordinados, pero no a destiempo, de mis pies y porque quiero dejar desterrar el espíritu festivo y chicharachero de la diablita que habita en mi. Luego, naturalmente, voy a tener que volver a enterrarla debajo de un mojón, hasta el año que viene.
Esa aparición de un tiempo fuera del tiempo, de la reunión de todos los habitantes de Tilcara, de los que desde Killa vemos a diario, y de los que no vemos seguido porque están labrando la tierra, o pastoreando. Ese encuentro colectivo a través de las comparsas, el sonido de los sikus, los bombos, es la comunicación imposible vuelta posible. Puesta en acción, desjerarquizada, al revés, horizontal y festiva.
Infaltable es el carnaval si se quiere agradecer y pedir a la Pachamama que este año sea fértil y se coseche en abundancia lo sembrado. Allí estaremos.
Obviamente que toda esa magia y algarabía se trasladará a Killa, posiblemente entren al salón llenos de harina, papel picado y espuma, pero tranquilos que nosotros sabremos entender y los alimentaremos igual!
Prometo subir fotos con esos graciosos momentos!
Llegando está el carnaval Quebradeño, mi cholitay… Fiesta de la quebrada Humahuaqueña Para cantar, erke, Charango y bombo, carnavalito para bailar… (Edmundo Saldivar, el humahuaqueño)
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